Economía
Su posición es muy apta para el comercio, aunque el país sufre la falta de recursos y su economía se ve perjudicada por abundantes inundaciones y sequías. La agricultura solo es viable durante todo el año en cuatro islas. La mayor parte del PIB proviene de la industria y del sector servicios, especialmente el turismo. Hay muchos caboverdianos repartidos por todo el mundo que ayudan a mejorar la economía del país con sus remesas de divisas.
A partir de la independencia la salud y la educación se vieron favorecidas (75 % de la población está alfabetizada, las grandes epidemias desaparecieron, así como la hambruna, aunque un 14 % de los niños sufre de desnutrición), la economía local se caracteriza por la ausencia de oportunidades, lo que alimenta la frustración y el resentimiento. Las cifras oficiales ocultan muy grandes desigualdades sociales. Los esfuerzos de los primeros tiempos de la independencia fueron devastados por el cambio de dirección liberal de los años 1990 y por la corrupción.
En los años 1990, el Gobierno convirtió al país a la economía de mercado y lanzó un programa de privatizaciones del que sacaron provecho, en particular, los inversores portugueses (bancos, centrales eléctricas, estaciones de servicio…). Portugal recuperaba así lo que había perdido con la descolonización.
Cabo Verde produce poco: sus recursos mineros son casi inexistentes, sufre de una sequía crónica y la producción agrícola apenas cubre un 10% de las necesidades.