Economía
Guinea-Bisáu era un país muy bien organizado antes de la guerra civil de 1999, ahora se encuentra bajo un programa de estructura económica después de conocer grandes avances a nivel económico en 2006, 2007 y 2008. Su economía basada en la agricultura y la pesca, fue muy afectada por la guerra civil que tuvo lugar en 1998-1999. Tiene una deuda externa de US$921 000 000 (novecientos veintiún millones de dólares estadounidenses), y se encuentra bajo un programa de ajuste estructural del FMI.
Ganado en la Reserva Agrícola del Río Geba
Una fuente de ingreso muy importante del país es la producción de nueces de cajú, con un volumen de exportación de 90 000 toneladas anuales. En enero de 2005, el gobierno anunció que una plaga de langosta estaba amenazando la producción y que no se contaban con los fondos para poder combatirla.
Guinea-Bisáu sostiene una economía de supervivencia basada en la agricultura y ganadería. Con algo más de 350 000 ha cultivadas, la producción se destina básicamente al consumo local: arroz, nuez de palma, coco, maíz y sorgo. La producción de cacahuetes se destina fundamentalmente a la exportación. La ganadería está muy desarrollada, destacando la porcina y ovina.
El 30 % del territorio está ocupado por bosques, lo que permite la explotación de la madera y el caucho.
La actividad industrial relevante en Guinea-Bisáu es el tratamiento de los productos agrícolas, producción de cerveza, y petróleo en la zona de explotación conjunta con Senegal, tiene grandes reservas sin explorar de bauxita y fósforo que comenzaron a ser exploradas en 2010.
La emisión de sellos postales, principalmente destinada al coleccionismo, es también una importante fuente de ingreso para su economía.
Guinea-Bissau se encuentra en la posición 177 de un total de 187 países, según el Informe para el Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, de 2014. Aproximadamente, el 48,9 % de la población vive en la pobreza extrema, con menos de 1,25 dólares al día, con una tasa de inflación de alrededor del 9,4 % y una tasa de alfabetización solamente de 43,7 %. El desempleo se sitúa en el 10,5 %, pero muchos de estos empleados se encuentran en situación de subempleo en las actividades primarias, que representan el 82 % de la fuerza laboral, mientras que los restantes 18 % se dedican a los sectores secundario y terciario